lunes, 15 de agosto de 2011

Causa real de muerte

Causa real de muerte

Murió el amor y no por falta de vitaminas, no de una infección moral (si, moral), no de sed porque siempre hubo agua... diariamente la regamos. No murió de desnutrición porque siempre tuvimos de todo un poco para comernos hasta vomitarnos palabras amorosas después de cada encuentro culinario. No fue asesinado por saber demasiado, ganas no nos faltaron que pareciera un accidente la separación. Ni fue envenenado con celos e intrigas porque ya teníamos bastante resistencia a todo eso, como a quien muerden las serpientes y aprende a generar su propio antídoto para sobrevivir... el mío lo tenías tú y yo creí que tenía el tuyo.

Después de un análisis anatomopatológico en el que separé parte por parte de nuestra relación: midiendo, pesando, anotando y después poniendo en formol para mantener lo poco que quedaba de ello, aunque sea sin vida, flotando graciosamente en un muchos frascos por toda mi habitación como un recuerdo bizarro de lo que fue, eso que llamamos en común acuerdo, lo nuestro. Finalmente llegué al sombrío diagnóstico que temía: Anemia Crónica de Poesía como causa de muerte. y es por eso, y no es más que por un intento desesperado y terco de mi parte, que cada noche, entre el insomnio y la locura, le leo a nuestro cadavérico amor, fragmentos de Benedetti y Sabines a dosis altas para tratar de resucitarlo.

David Yaurima P.

Soundtrack

Blonde Redhead- Dr. Strangeluv

Real de Catorce - Al Poeta

LOS COCODRILOS NO LLORAN

LOS COCODRILOS NO LLORAN

(Acompáñese al gusto con cualquier canción sobre cocodrilos o interpretada por alguno)

Fui el reptil que se arrastraba por tu cama para buscar tu carne, El que a sangre fría te gritaba con miradas que te amaba, el que hizo de tu cuerpo tropical su húmedo hábitat.

Fui ese que de noche se escabullía por tus pensamientos… el verde recuerdo que se quemó con el sol de tus amaneceres.

El que furtivo esperaba que te acercaras a beber a la orilla de sus labios para que cuando menos te lo esperas atraparte en un depredador beso.

Fui yo de ti siempre: en días con lluvia de caricias y en tiempos de sequia de "te quieros".

Y aun con todo esto te has ido buscando exóticos amores que no teman perder la piel por ti para vestir tu egolatría.

Sin embargo se ha escurrido por mis escamas toda esperanza de verte volver con cada estación u olvidarte en silencio.

Pero los cocodrilos no lloran, se van secando cada día por la espera, se van muriendo poco a poco en secreto con los ojos abiertos.

Los cocodrilos no lloramos… y sin embargo el dolor nos hunde cada vez más en el pantano de nuestra soledad.

David Yaurima P.


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