domingo, 5 de abril de 2009

La television no es como la pintan (Cap 3)

- ¿Podría darme su mano doctor? -
- claro – contesté extrañado de la petición y extendí mi mano.
- Tengo miedo – me dijo y pude sentirlo mientras su mano apretaba fuertemente la mía.
- No debe tener miedo, aquí estamos con usted, todo saldrá bien si le echamos ganas –
- Gracias doctor – Contestó más tranquila y entonces vino otra contracción.
- Ya es hora, ya viene, ahora si a pujar con fuerza señora – habló mi compañero de guardia quien la haría de ginecólogo para atender el parto y yo de pediatra para recibir al recién nacido.
Al principio me resultaba extraño llamarle señora a una joven de 17 o 18 años, algunas veces hasta de menos edad. Melisa tiene 16 años, era su primer bebe y aunque no había soñado con el momento de ser madre tan pronto ahí estaba tratando de ser valiente y fuerte como se lo pedíamos cada vez que se quejaba por el dolor o se desesperaba porque aun no salía su hijo y ya eran más de 8 horas de labor de parto. Con las primigestas siempre es tardado el parto. Después de varios esfuerzos finalmente salió al mundo un pequeño bebe de 2,900grs. Es una sensación muy característica el recibir y atender a un recién nacido, se es la primera persona con quien se tiene contacto después de la madre, claro esta. Podría darle varios consejos de cómo sobrevivir en este planeta pero apenas es un bebe y lo cierto es que a veces yo me siento tan vulnerable como él y con más razón en esta ciudad tan loca, o ¿En que otro lado usarían monos para asaltar camiones, robar tiendas y aterrorizar a la gente? En la india así pasa, solo que allá los monos son parte de la ciudad y son sagrados… aquí son parte del circo y por lo general son graciosos.
Hoy es mi día libre del hospital, aunque eso no ocurre al 100% porque curiosamente aunque no este dentro de ese edificio no dejo de pensar en todo lo que pasa ahí. Esa es una de las maldiciones de ser médico y para muestra he aquí la siguiente conversación que tuve con un amigo la última vez que tuve día libre:
- ¿Que has hecho? – preguntó mi amigo mientras servia azúcar a su café, yo lo observaba pensando en que eso era demasiada endulzante para alguien que tiene mucho riesgo de tener diabetes por que su padre y madre, ambos diabéticos e hipertensos (son esas coincidencias poco románticas de pareja) seguro se la heredaron, además ha engordado un poco los últimos 2 meses y… ¿Qué he hecho?
- Ya sabes, por ahora toda mi vida se centra en el hospital, ya no he frecuentado los mismos lugares de antes y he perdido contacto con los demás – sople sobre mi café para enfriarlo un poco para disimular mi suspiro de nostalgia al no saber nada de mis demás amigos.
- Así es esto cabrón, ya nos estamos convirtiendo en adultos – Hizo lo mismo sobre su café.
- Algún día tenía que llegar ese momento, pero mejor cuéntame que hay de ti. –
- Mi vida no es más interesante que la tuya, tu si que vives al día todavía, que te puedo decir yo que me la paso en el trabajo con la misma gente de siempre. Cuéntame algo interesante de lo que haces -
- Bueno, hace un par de días paso algo que no le he dicho a nadie. Don Miguel, un paciente anciano murió en el hospital y no por viejo, un accidente medio raro, se podría decir que murió por culpa de su hija por no decirlo de otra forma. Ella le dio Nifedipino…-
- ¿Que chingados es Nifedipino? -
- Un antihipertensivo –
- ah, ¿para la presion? –
- Si eso dije –
- ¿Pa’ cuando se sube o cuando se baja? –
- ¿ANTI-HIPER-tensivo te dice algo? –
- ¡Puta madre! ¡Habla en cristiano para los cuates! –
- Olvida eso si te crea crisis emocional… el caso es que el viejo murió por hipotensión y luego insuficiencia cardiaca por el medicamento que le dio su hija –
- ¿Se le bajó la presión y el corazón ya no le funcionó bien? –
- Si, algo así. Ya estas aprendiendo –
- ¡Ahuevo!, ¡cualquiera puede ser doctor! –
- Si cualquiera puede ser doctor, todos nacemos siendo pendejos licenciados, como tu comprenderás –
- El punto es chingar al prójimo ¿no? –
- A eso te dedicas tu, yo hago lo contrario –
- Si, tu eres el antireligioso-renagado-seudohippie con bata blanca y el bueno de la película y yo soy el buen ciudadano que viste casual, católico y diplomático villano solo porque no curo gente. –
- Ves mucha tele cabrón –
- Si. ¿Oye has visto Dr. House? –
- Si –
- ¿Esta cabrón verdad? –
- Es una puta serie, no te lo creas todo –
- Estas celoso de House. –
- ¡Si! Yo quisiera llegar solo a los 50 años, tener mal una pierna y tomar analgésicos de por vida, tener una bella asistente y una jefa buena a las que nunca me cogeré porque no se si se me pare por mi adicción. Curar gente que me cae mal y vivir en el limbo de mi existencialismo –
- No’ más te falta el bastón. –
- Todavía me falta, aun soy Medico Interno de Pregrado –
- ¿Como Grey? –
- ¿Qué Grey? –
- La de la serie, Grey’s Anatomy –
- No mames, ¿todo lo comparas con la televisión? –
- Si, ¿que tiene de malo? –
- Búscate una vida y vive tu propia serie. Algún día alguien escribirá algo de eso y hará una serie sobre ti y tus interesantes aventuras en la oficina. Es más, tu que sabes, quizá ya hay alguien escribiendo sobre esta conversación. –
- Me conformo con salir en un capítulo como invitado en la serie de alguien más. No quiero que hablen de mi vida, mejor cuéntame de la tuya –
- Bueno, el otro día tuvimos un paciente que perdió un dedo porque se le atoró un anillo al bajarse de una camioneta de redilas y se lo arrancó con todo y flexor –
- ¡No mames! ¡Hasta me dolió de pensarlo! Por eso no soy doctor, ya me hubiera desmayado con la sangre y todo eso –
- No cualquiera puede ser doctor –
- Tienes razón. Me recordaste a E.R. La serie de Sala de Emergencias, estaba chida… – Prendió un cigarro… diabético, hipertenso y además fumador. Es mi amigo y quizá mi próximo paciente en un par de años.
Era mi día libre, pero tuve que estudiar. Expondré el caso clínico de la próxima sesión médica en el hospital ante todo el personal de médicos y compañeros internos. Lo cual es un gran reto salir bien librado de las preguntas que harán y de las críticas. Fue otro fin de semana que vi pasar frente a mí, como un espectador, como quien ve a alguien comerse un delicioso helado doble en el parque... así de patético, pero no más interesante.
Eso de usar monos para asaltar camiones, tiendas y joyerías no resultó ser tan bueno después de todo. En un asalto a una tienda departamental los monos llevaron entre su motín un rastreador con el que rápidamente localizaron su escondite, “gracias a la tecnología usada por la policía” comentó el del noticiero que no se mostró muy convencido al decirlo. La pandilla era de 6 monos aproximadamente y su entrenador, un viejo payaso que al ser despedido de un circo se robó a los monos que el mismo había entrenado desde pequeños. La policía tuvo que retirar los cargos por robo a los monos ya que no tenían celdas para animales y fueron encerrados en el zoológico de la ciudad. El viejo payaso ahora esta en prisión, lo cual debe ser el peor chiste que haya hecho.
Después de un buen descanso de fin de semana. Entiéndase descanso como dormir 8 horas o más seguidas, sin interrupción en una cama que no es una camilla o mesa de exploración. He llegado nuevamente al hospital con la novedad de que tenemos un par de embarazadas en trabajo de parto.
- Tranquila, tome mi mano, todo saldrá bien si le echamos ganas – le dije a Anayeli de 19 años próxima madre soltera, quien me miro con su cara de dolor pero aceptando mi mano.
- Gracias doctor – y me apretó como si quisiera que yo también sintiera su dolor. 6 o 7 pujidos más tarde la recompensa lloraba a todo pulmón entre mis brazos mientras yo terminaba de reanimarlo, limpiarlo, cortar su cordón umbilical y se lo daba a su madre para que lo conociera.
- ¡Esta hermoso! ¡Hola bebe! Vamos a salir adelante juntos –
- Será un buen chico, mientras no lo deje ver mucha televisión y que no le vaya al América – intenté bromear.
- Si doctor, pero yo le voy al América – dijo sonriendo Anayeli.
- Que culpa tiene el niño de sus malas decisiones –
- ¡ay doctor que malo! –
- lo tomaré como un cumplido -
- Y yo que le ando buscando un buen padre a mi hijo… –
- … Cuando quiera un hijo para mi paternidad tal vez la busque – Sonreí y salí de la sala para hacer mi nota.
David Yaurima P.

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